La próxima edición será la más grande en la historia de la Copa Mundial, con más equipos y partidos que nunca. Por ello, patrocinadores como Coca-Cola han comenzado a presentar botellas especiales con la marca del Mundial 2026.
	 
	En un artículo escrito especialmente para Insider Sport, Will Ramos, director senior de Estrategia de We Are Social, reveló por qué la Copa del Mundo puede convertirse en un hito cultural de varios años para las marcas, no solo a nivel internacional, sino también local.
	 
	Ramos describió la oportunidad que se presenta ante muchas empresas en Canadá, México y Estados Unidos como un momento crucial, no solo para un patrocinio de un mes, sino para una relación potencialmente duradera con el deporte, los jugadores y los aficionados. La Copa Mundial de 2026 no solo es más grande, sino que es fundamentalmente diferente.
	 
	Con 48 equipos, 104 partidos y una presencia que abarca tres países y 16 ciudades diversas, este torneo desafiará la forma en que las marcas conciben el marketing deportivo y la conexión cultural.
	 
	Miles de millones de personas lo seguirán, pero la magnitud del evento conlleva fragmentación: más equipos, más historias, más ruido. El antiguo modelo de “patrocinio y promoción” ya no funciona. Los profesionales del marketing necesitan nuevos enfoques para desenvolverse en el que será el evento deportivo global más complejo jamás organizado.
	 
	La afición no es un público homogéneo, es un ecosistema fragmentado y multifacético, moldeado por diversas identidades, motivaciones e influencias culturales. Según el ejecutivo, tres dinámicas destacan:
	 
	Herencia e identidad: Para muchos, la afición es generacional, ligada a la diáspora y al orgullo cultural. Las comunidades hispanas e inmigrantes en Estados Unidos y Canadá están transformando el panorama cultural del deporte. Las marcas que honran estos lazos, como McDonald’s al coincidir con el Mes de la Herencia Hispana en torno a anteriores Mundiales, conectan a un nivel más profundo.
	Afición centrada en el jugador: Muchos hinchas siguen a los jugadores antes que a los equipos. Los más de mil millones de seguidores de Cristiano Ronaldo en redes sociales ilustran el poder de atracción de los atletas. Durante la Copa Mundial de 2022, Adidas aprovechó esta tendencia al destacar a atletas individuales, desde Lionel Messi hasta Jude Bellingham, demostrando cómo los jugadores se han convertido en íconos culturales por derecho propio.
	Hinchas casuales con enfoque en las redes sociales: Algunos se conectan menos por los goles que por la cultura que rodea al juego: memes, moda, música, momentos virales. En la Copa del Mundo de 2014, Beats by Dre captó a este público al fusionar el fútbol con la música y la narrativa del estilo de vida, demostrando que no todos los puntos de contacto se basan en las estadísticas del campo.
	Comprender a estos perfiles es fundamental, explica el directivo. Ya no se trata solo de “hinchas de fútbol”, se trata de comunidades interconectadas que requieren una interacción auténtica y personalizada.
	 
	El matiz local es la nueva moneda de cambio
	 
	Con partidos en ciudades como Miami, Vancouver y Ciudad de México, no habrá dos experiencias iguales para los hinchas. Cada ciudad anfitriona aporta su propia cultura y expectativas. Esto hace que la hiperlocalización sea esencial.
	 
	Durante la Copa del Mundo de 2014 en Brasil, Coca-Cola adaptó sus actividades al contexto local, integrándose con la música y el arte callejero de la región. En 2026, las marcas deberán ir aún más allá, colaborando con creadores locales, invirtiendo en eventos de barrio y asegurándose de que las actividades se sientan parte de la comunidad, no impuestas desde fuera. Los hinchas detectan rápidamente cuando las campañas son genéricas o superficiales.
	 
	Gestionar la escala y la sobrecarga de contenido
	 
	Los 104 partidos del Mundial implican un flujo constante de contenido. No todos los partidos acapararán los titulares mundiales, pero cada momento tiene potencial cultural. Las redes sociales funcionarán como una “segunda pantalla”, donde los aficionados crearán sus propias narrativas en tiempo real.
	 
	Esto exige estrategias de contenido ágiles. Las marcas que esperen anuncios televisivos impecables se verán superadas por aquellas preparadas para responder al instante. Durante la última Copa del Mundo masculina, Oreo y Popeyes destacaron por aprovechar momentos virales en cuestión de horas. Se esperan ciclos aún más rápidos en 2026, con memes y videos creados por los hinchas que darán forma a la historia antes que las cadenas de televisión.
	 
	Más allá del juego
	 
	2026 pondrá a prueba la resistencia. Los partidos abarcan miles de kilómetros, los climas varían desde el calor del desierto hasta el frío del norte, y el calendario ampliado supone un riesgo de fatiga tanto para jugadores como para hinchas.
	 
	Esto abre una nueva vía para las marcas: apoyar el bienestar y el alivio. En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Visa instaló estaciones de refrigeración para los aficionados. En 2026, las oportunidades incluyen colaboraciones en materia de hidratación, contenido digital centrado en la recuperación o incluso iniciativas de bienestar mental que reconozcan el desgaste propio de los torneos de maratón.
	 
	Dingnews.com 03/11/2025